OSLO, Noruega .- Anders Behring Breivik justificó el martes haber matado
a 77 personas, insistió en que lo volvería a hacer, y dijo que su
matanza fue el ataque más "espectacular" de un militante nacionalista
desde la Segunda Guerra Mundial.
Leyendo un documento escrito, el extremista antimusulmán fustigó a
los gobiernos de Noruega y de Europa por aceptar la inmigración y el
multiculturalismo.
Breivik dijo que hablaba como comandante de un movimiento de resistencia
anticomunista y un grupo miliciano antimusulmán que llamó los
Caballeros Templarios. La fiscalía dijo que no existe tal grupo.
Después de afirmar que cometió un atentado dinamitero y un ataque a
tiros por "bondad y no por maldad" para prevenir una guerra civil,
Breivik dijo que "lo volvería a hacer".
Cuando los fiscales le insistieron en que se explicara, comparó sus
ataques con las bombas atómicas que lanzó Estados Unidos sobre ciudades
japonesas durante la Segunda Guerra Mundial.
"Lo hicieron por algo bueno. Para prevenir más guerra", respondió.
Breivik tiene cinco días para explicar por qué hizo estallar una bomba en un distrito del gobierno de
Oslo el 22 de julio, que mató a ocho personas, y después mató a tiros a
otras 68 en un campamento juvenil del Partido Laborista en las afueras
de la capital noruega. Afirmó que actuó en defensa propia y sostuvo que
las víctimas formaban parte de una conspiración para "deconstruir" la
identidad cultural noruega.
"Los ataques del 22 de julio fueron un golpe preventivo. Actué en
defensa propia en nombre de mi pueblo, mi ciudad, mi país", dijo al
finalizar su declaración, un sumario del manifiesto que cargó en línea
antes de los ataques. "Por lo tanto exijo ser declarado inocente".
No solamente no manifestó arrepentimiento sino que dijo a la fiscalía
que habría preferido atacar a una conferencia de periodistas noruegos en
vez del campamento juvenil de Utoya.
"Lamentablemente no pude llevar a cabo un ataque" de ese tipo, agregó.
El testimonio del acusado se demoró después que uno de los cinco jueces
que oye el caso fue separado por sus comentarios en línea un día después
del ataque, cuando señaló que Breivik merecía la pena de muerte. El
juez Thomas Indreboe fue reemplazado por la jueza Elisabeth Wisloeff.
Noruega no tiene pena de muerte. De ser hallado mentalmente apto,
Breivik podría encarar una sentencia máxima de 21 años o un arreglo de
custodia que permitiría mantenerlo encerrado mientras sea considerado
una amenaza a la sociedad.
domingo, 27 de mayo de 2012
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